Llega la hora de pasar a la práctica!
El entrenamiento muscular del suelo pélvico conocido popularmente como "Kegels" es una de las mejores herramientas para recuperarlo, pero es importante hacerlos correctamente, sólo cuando son necesarios, e integrados en una visión global de la esfera abdómino-pélvica.
Por ello veremos qué son los Kegels, en qué
consisten y para qué sirven, los distintos tipos de contracción, y cómo saber
si se está contrayendo correctamente. Así mimo veremos que no son la solución
para todas las mujeres ni para todas las disfunciones, y las situaciones en las
que pueden ser perjudiciales. Y por último alguna clave para que os aseguréis
de que son lo que necesitáis y que los hacéis correctamente.
Ante cualquier duda consulta a un fisioterapeuta especializado en suelo pélvico.
Buena lectura!
Qué son los Kegels?
Son los ejercicios para el entrenamiento muscular
del suelo pélvico que popularizaron con el Dr. Kegel (1948), aunque ya se
documentan más de 6.000 años de uso por el taoismo chino.
En qué consisten?
En la contracción voluntaria de la musculatura del
suelo pélvico.
Para qué sirven?
Son una
fantástica herramienta, tanto de
prevención como de tratamiento. Nos ayudan a re-encontrar la percepción de
nuestro suelo pélvico cuando nos cuesta sentirlo, a tenerlo más fuerte, a
mejorar nuestra capacidad de continencia, a que disminuya el dolor perineal, a
la sujeción eficaz de nuestros órganos pélvicos, o a la mejora de nuestras
relaciones sexuales.
Sirve cualquier tipo de contracción?
Es
interesante saber qué estamos haciendo cuando entrenamos, así logramos
resultados más efectivos. La musculatura del suelo pélvico está compuesta
aproximadamente por un 70% de "fibras lentas" (tipo I o
tónico-posturales) y un 30% de "fibras rápidas" (tipo II o fásicas). Por tanto han de realizarse 2 tipos de
contracciones, insistiendo más en las que más cueste realizar:
·
Contracciones
mantenidas no máximas para las tónico-posturales, así trabajarás la sujeción de
órganos y la postura.
·
Contracciones
rápidas y máximas para las fásicas, así trabajarás la continencia rápida y la
reacción ante una hiperpresión (tos, estornudo, risa, correr...).
Cómo saber si se están haciendo correctamente?
Algunas indicaciones que pueden ayudarte.
Al realizar
una contracción has de notar tanto el cierre de las aberturas o esfínteres del
suelo pélvico como el desplazamiento de la parte central de la musculatura
(entre vagina y ano) hacia dentro. Visualiza cómo aguantas un gas, cómo
aguantas el pipí, y cómo atrapas y llevas un tampax "hasta la altura del
ombligo". Puedes usar un espejo
para ver qué está pasando, ya que la
sensación de contracción de suelo pélvico es muy sutil, muy distinta a contraer
un cuádriceps, acostúmbrate a sentir su movimiento.
·
No dejes de
respirar al realizar los ejercicios. Puede ayudarte poner las manos en los
lados de las costillas y notar como éstas se abren al coger aire.
·
Evita las
coactivaciones, es decir, no realices contracción de otros músculos como
glúteos, muslos, abdomen por encima del ombligo... ni hombros, ni pestañas. Puede
que notes tensión en el abdomen sobre el pubis y bajo el ombligo, esto es
perfecto, significa que tus abdominales profundos están funcionando junto con
el suelo pélvico.
·
Para comenzar, estar
más concentrada, y evitar el efecto de la gravedad, los puedes hacer tumbada comodamente
con las piernas flexionadas sobre cojines para que no hagan fuerza las piernas.
Cuando estés más fuerte puedes realizarlos sentada, apoyando bien los isquiones
y asegurándote estar recta y muy alta, como si llevaras un cántaro en la cabeza,
así facilitaremos la coactivación con la musculatura profunda abdominal. Al
hacerlos de pie mantén la sensación de crecer.
·
En las
contracciones lentas mantenlas de 3 a 10 segundos, aumentando el tiempo
progresivamente según tus capacidades.
·
En las
contracciones rápidas asegúrate de haber relajado completamente antes de
iniciar la siguiente, e incluye periodos de descanso entre las series del doble
del tiempo que hayas trabajado.
Son la solución para todas las mujeres? No
Como en el resto del cuerpo, trabajar la musculatura
del suelo pélvico es necesario cuando ésta necesita entrenamiento o
mantenimiento. En los casos de una musculatura muy sobrecargada o tensa la
solución es la contraria, es decir, realizar masaje perineal y terapia manual y
relajarla.
Son siempre la solución a todas las disfunciones? No
La musculatura tiene diferentes cualidades como el
tono de base o "lo duro que está un músculo cuando estamos
relajados"; la resistencia o capacidad de realizar trabajo mantenido, la
fuerza o capacidad de hacer trabajo rápido y máximo, los reflejos.... Los
Kegels son una indicación cuando es necesario trabajar resistencia o fuerza,
cuando hay que desarrollar otras cualidades se utilizan otros recursos.
Y todo ello ha de estar integrado en una visión
global postural en la que se considere toda la esfera abdomino-pelviana, porque
el diafragma, la musculatura profunda del abdomen y el suelo pélvico trabajan
en equipo.
Pueden ser perjudiciales? Si
Si no los haces correctamente, si tienes
"inversión de la orden perineal" (al realizar la contracción el suelo
pélvico desciende el lugar de ir hacia dentro), o si tras realizarlos tienes
molestias, es mejor que no los practiques.
Realizarlos al mismo tiempo que haces pipí tampoco es recomendable.
Cómo puedo asegurarme que son lo que necesito y que los realizo
correctamente?
Lo ideal es visitar a un fisioterapeuta
especializado en suelo pélvico que realice una valoración e indique qué
tratamiento curativo o preventivo es necesario en cada caso considerando toda
la esfera abdomino-pelviana. Y si los Kegels son recomendables, que verifique
se hacen correctamente o que enseñe a realizarlos.
Esto es especialmente recomendable si no sientes
nada al realizar una contracción, si tu periné se desplaza hacia fuera o no se
desplaza en absoluto, si no la puedes mantener más de 5 segundos, si tras
realizarlos tienes molestias, o si ya tienes sintomatología (pérdidas de orina
o gases, dolor en las relaciones sexuales, sensación de bulto...)
Recuerda que lo mejor es prevenir. Y si se ha
manifestado algún problema, cuanto antes tomes consciencia y te cuides, más
fácil será recuperarte.
Porque un suelo
pélvico saludable nos regala muchas alegrías y gran calidad de vida.
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