La especialidad de la fisioterapia del suelo pélvico y abdomen (técnicamente fisioterapia uro-ginecológica, obstétrica y coloproctológica) es un área de trabajo relativamente nueva y es aún poco conocida en nuestro país. Por ello no se suele saber cómo puede ayudarnos preventivamente y/o qué disfunciones puede tratar.
Recurre
a la fisioterapia del suelo pélvico si tienes.... pérdidas de orina de cualquier
magnitud, pérdidas de materia fecal o no control de gases, sensación de urgencia
(de no llegar a tiempo al baño, con perdidas o sin ellas), que apretar para
orinar, estreñimiento o dificultad para vaciado completo, sensación de pesadez
o de bulto (como un “Tampax mal puesto), dolor en tu periné, dolor en las relaciones sexuales, dificultad para
el orgasmo y/o disminución de su intensidad, o una operación quirúrgica
reciente (histerectomía, tumores, prolapso, incontinencia, hemorroides...).
Pero no hay que esperar
a que se desarrolle la disfunción. De forma preventiva recomendamos... preparar el suelo pélvico y abdomen antes
de quedarte embarazada, realizar preparación al parto especializada, recuperar
el suelo pélvico y abdomen en el postparto y realizar evaluación preventiva
para prevenir disfunciones en caso de que tengas uno o más factores de riesgo. Y
además, si vas a ser operada, tener un suelo pélvico en condiciones facilitará
tu recuperación posterior.
Quieres profundizar un poco más?
Tratamiento del suelo pélvico para la mujer
Se considera que hay que realizar tratamiento cuando ya hay síntomas o signos de disfunción. Muchas veces la persona que tiene disfunción no los reconoce, por lo que consideramos que la información es el la primera aportación que podemos hacer como terapeutas.
Recurre
a la fisioterapia del suelo pélvico si tienes:
Pérdidas
de orina de cualquier magnitud.
Porque aunque sea muy frecuente perder unas gotitas sólo en algunas ocasiones (al
hacer esfuerzos, correr, toser, estornudar, reírse...), esto ya no es normal, es
un primer nivel de disfunción que si no se trata irá a más.
Pérdidas
de materia fecal o no control de gases.
Aún más escondido que las pérdidas urinarias, pero frecuente en el postparto e indicador de que
la musculatura del suelo pélvico y del esfínter anal no está funcionando
óptimamente.
Sensación
de urgencia, de no llegar a tiempo al baño, con perdidas o sin ellas. Indica que el detrusor (músculo de
la vejiga) está más activo de lo que debiera, y puede tratarse.
Que
apretar para orinar.
Fisiológicamente no tenemos que apretar para evacuar la orina, si esta es tu
situación, podría existir entre otras cosas prolapso (que está obstruyendo) o un
síndrome de micción no coordinada (la musculatura se contrae de forma no
consciente).
Estreñimiento
o dificultad para vaciado completo. El
estreñimiento un factor de riesgo para otras disfunciones del suelo pélvico
(incontinencia, caída de órganos, hemorroides, fisura anal...) y desde la
fisioterapia puede tratarse y reeducarse
cuando es de tipo distal y funcional. Una dificultad de vaciado puede estar
asociada por ejemplo a anismo (dificultad para relajar el esfínter anal) o a la
existencia de un prolapso.
Sensación
de pesadez o de bulto, como un “Tampax mal puesto”. Puede ser indicador de la existencia
de prolapso (descenso de órganos -vejiga, útero, recto-). Mediante fisioterapia
podemos revertirlo o pararlo en estadios iniciales, al agravarse la única solución
es quirúrgica, por tanto te recomendamos que no lo dejes. A veces no da síntomas
directos, pero sí es causante de otras disfunciones de la zona (incontinencias,
dificultades defecatorias o miccionales, dolor o dificultad en las relaciones sexuales, dolor intravaginal y/o lumbar ...).
Dolor
en tu periné. Son
muchas las causas que pueden provocarlo, desde adherencias de cicatrices o desgarros,
hipertonía, o las disfunciones
englobadas como dolor pélvico crónico (por cistitis intersticial, atrapamiento
del nervio pudendo...). Estudiaremos cada caso y te comentaremos qué puede
hacer la fisioterapia.
Dolor en las relaciones sexuales. El dolor en las relaciones sexuales puede
deberse a factores psicológicos o físicos. La fisioterapia trata en los casos físicos
(hipertonías, dispareunia, dolor por falta de elasticidad de cicatrices o
desgarros) y complementa el tratamiento psicológico en los casos de vaginismo.
Dificultad
para el orgasmo y/o disminución de su intensidad. En el encuentro sexual intervienen
factores tanto psico-emocionales, como hormonales y físicos. En esta última
parte la fisioterapia puede ayudarte, porque una musculatura del suelo pélvico
tonificada, elástica y sin dolor proporciona una mayor calidad en nuestras
relaciones sexuales.
Una
operación quirúrgica reciente
urológica, ginecológica o coloproctológica (por ej. histerectomía, tumores, prolapso,
incontinencia, hemorroides...). El tratamiento se iniciará cuando lo autorice
el cirujano, comenzando por técnicas indirectas (drenaje linfático,
movilizaciones) y posteriormente directas (elastificación de los tejidos
cicatrizados y tonificación de la zona). Así se facilitará la recuperación, se
evitarán disfunciones asociadas y disminuirá el riesgo de recaída.
Fisioterapia preventiva para la mujer
El principal factor de riesgo para tener disfunciones es el embarazo y el parto vaginal. Por ello recomendamos:
Preparar
el suelo pélvico y abdomen antes de quedarte embarazada. Porque llegar al embarazo en
condiciones reducirá los riesgos y facilitará la recuperación posterior. Por
ejemplo, tener incontinencia antes del embarazo es un factor de riesgo que se
dé durante el embarazo y de que continúe después de éste. O tener una episiotomía
muy fibrosada supone riesgo de desgarro por ese punto.
Realizar
preparación física al parto especializada. Desde la fisioterapia podemos ayudaros con masaje
perineal (disminuye el riesgo de desgarros),
con recursos y posturas para la dilatación (para tener menos dolor y
facilitar el encajamiento del bebé), y enseñaros a realizar pujos eficaces
(para facilitar la salida del bebé y disminuir el riesgo de lesión).
Realizar
recuperación del suelo pélvico y del abdomen en el postparto. Tras el embarazo y el parto o
cesárea, recomendamos revisar el estado del suelo pélvico para valorar su
estado y detectar afectaciones que pudieran ser asintomáticas. Así mismo se
considera interesante recuperar la musculatura del suelo pélvico y abdomen y
realizar readaptación postural para la recuperación completa.
Para evitar tener
disfunciones en el futuro, si tienes uno
o más factores de riesgo de padecer incontinencia urinaria o prolapso
(caída de órganos), puedes venir a vernos para que evaluemos como estás y te
enseñemos a prevenir.
Además del embarazo y el
parto vaginal, hay otros factores de riesgo a tener en cuenta: la incontinencia
y prolapsos en la familia, la enuresis en la infancia, los factores que
aumentan la presión intra-abdominal de forma crónica (como p.ej. obesidad,
ejercicios de alto impacto, la bronquitis crónica, o el estreñimiento),
factores físicos (posición y anatomía de la pelvis, estructura del tejido
conectivo, distribución de las fibras musculares tipo I y II, o grosor de la
sección de la musculatura del suelo pélvico), psicológicos y comportamentales,
hormonales (menopausia), enfermedades puntuales (infecciones del tracto
urinario inferior), hereditarias (por ej. síndrome de Marfan que altera el
colágeno), crónicas (como esclerosis múltiple o parálisis cerebral por
afectación neurológica central, diabetes por neuropatía periférica, o miopatías),
intervenciones quirúrgicas previas (p. ej. histerectomía); hábitos
(tabaquismo); e incluso raza (las europeas tienen más riesgo que las africanas
y asiáticas).Esperamos haber contribuido a que estés más informada, porque
información es capacidad de decisión, es salud!!
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